Se dice que no duran más de noventa segundos y que representan deseos inconscientes. Algunos son inconfundibles, otros muy ambiguos y algunos nos aterrorizan. ¿Qué son realmente los sueños y por qué aparecen en nuestras mentes? Si ya vivimos un constante flujo de imágenes durante las horas del día, ¿por qué surgen en ocasiones hasta el hartazgo, uno tras otro, en forma de persistentes pesadillas?
Podemos muchas veces interpretarlos, asociarlos con algún hecho o situación traumática que hayamos transitado o estemos atravesando actualmente. Podemos llegar a imaginar que aquello que soñamos se nos presentará ante nuestros ojos en las próximas horas, días, semanas… Tenemos la opción de creer que gracias a ese sueño estamos subsanando algo que no podemos curar en la vigilia. Y como estas, muchas teorías más.
Lo cierto es que, queramos o no, varias son las noches que soñamos. Algunos más, otros menos, otros nunca. Algunos dirán que lo hacen a voluntad, que lo pueden controlar, que pueden viajar a través de ellos…
Tanto se ha dicho de los sueños, que son en blanco y negro, que alargan la vida de la persona soñada, que cada sueño corresponde a un número de la suerte…
Difuso el límite entre sueño y realidad, como también entre mito y verdad. Y como quizás todo límite, o toda cuestión creada por el hombre que suponga una división estructural.
Aquí estamos, creo, transitando una vida terrenal y los sueños, sueños son.
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