lunes, 28 de noviembre de 2011

Froilán aguarda

De manera imprevista, Froilán se recuesta en el amplio sillón de tres cuerpos a meditar. Siente que todo a su alrededor se sucede vertiginosamente, y esto lo perturba. Sus tiempos son de una mesurada rítmica y no logra congeniar con los otros para armonizar el paso del día. Tras preguntas que nunca oyen respuesta, se dispone a escribir un cuento. Un nuevo recorte de su vida será codificado al lenguaje escrito de los seres humanos, y viajará pronto a millones de posibles lectores. Un vaso de agua lo espera, un sol que aparece sin querer detrás de algunas nubes, y una lluvia que no promete retirarse al menos por hoy. Froilán aguarda, espera el momento de tomar el próximo tren.