jueves, 13 de julio de 2023

Nuestro tiempo

Que no se apodere de nosotros la conducta de mirar hacia afuera y criticar lo que vemos mal, aunque exista. No es una costumbre que nos nutra de nada, al contrario, es vacía, nos llena de odio, de seriedad, nos resta tiempo de nuestro tiempo para ver y apreciar lo bello, que también es real y está ahí delante nuestro. Hagamos las paces con las diferencias, dejemos que sean, y sólo tomemos la distancia adecuada. Con el tiempo estaremos más en armonía con aquellas cosas que nos eran adversas, y con nosotros mismos. Habremos ganado un tiempo vital invaluable, que una vez perdido nadie nos lo hubiera devuelto. Nuestro regulador entre el tiempo provechoso y el improductivo somos nosotros, vive dentro de nosotros, en lo más profundo de nuestro ser.

miércoles, 5 de julio de 2023

Presente eterno

A media tarde y con los últimos haces de luz filtrándose entre las ramas, veo pasar este día. En el corazón de un invierno que tarda en llegar y quedarse, algún día cálido nos deja estar a estas horas por aquí, en este parque circular frente al lago y a la fuente. El ocaso llega, segundo a segundo el ámbar es desplazado por el azul, el canto de las aves parece distinto, preparándose para un pronto anochecer. Este es mi presente, y el de todos los seres que me rodean. En breve, otra será la fotografía en movimiento que suceda frente a mis ojos, otra la secuencia de imágenes y sensaciones habidas y por haber que le cuenten algo a mi mirar. Y ese será mi nuevo y próximo presente, un presente eterno en el que vos y yo estaremos por siempre.
 

miércoles, 10 de mayo de 2023

Libres

Otra vez otoño. Mayo avanza con sus transformaciones. La luz es otra, el canto de los pájaros es otro. Todo se renueva aunque parece decaer. El árbol se desprende de sus tan flamantes hojas verdes, ahora sepias, que penden de sus ramas hasta que un viento las lleva a un lugar distinto, nunca jamás pensado. Y así, de esa misma forma, podríamos los seres humanos volar del sitio que hace años nos tiene anclados, hacia otro destino, que nos reciba y permita regenerarnos y desarrollarnos libres de todo mal, de obligaciones e imposiciones que no conducen a ningún puerto, reaprendiendo a vivir.

jueves, 17 de noviembre de 2022

Blanco andar

 

Agitando sus blancas alas se hizo visible río abajo, en busca de un nuevo comienzo. Cada mañana, emprendiendo su ritual alimenticio, inicia su jornada. Camina con sus pies temblorosos tanteando el fondo del arroyo. Y con su pico largo y delgado cual aguja pesca del agua sus deseados manjares. Así es como nuestra ave recorre de punta a punta el arroyito, buscando su sustento y a la vez cuidando que nadie lo ponga en peligro. Entre aire, agua y tierra, maneja sus movimientos para lograr su cometido y salir airoso. Otra mañana ha comenzado para nuestro tan querido amigo de mechón blanco que acompaña nuestras caminatas.

sábado, 12 de junio de 2021

Pasan las estaciones

Pasan las estaciones... sin darnos cuenta, de un momento a otro todo va cambiando de color, de textura y de forma. El mundo se va transformando, y nosotros con él. Como esta simple hoja, que pasa del árbol, su origen, a la tierra, su destino. Sólo que en ese instante, estamos ahí, para tomarla un momento en nuestras manos, y detener su caída; para grabar su existencia en una eternidad imborrable. 

Agradeciendo a esta noble especie, el Gingko Biloba, el aporte que hace a la memoria humana. Un ejemplo más de como todo en la naturaleza existe con un determinado fin de cooperación. Gracias!


sábado, 27 de marzo de 2021

Rústico

Gris y húmedo, aunque con toques de color siempre presentes. Un techo en declive deja ver el crepitar de la incipiente lluvia matutina en este marzo que llega a su fin. Un café que se deja beber con extremo placer, en compañía de frondosa vegetación y pájaros amuralados, que juntos evocan el verde bosque en medio de la gran ciudad. Música de fondo y agradables lecturas terminan de componer este despertar sabático en el barrio de Belgrano R. Rústico, y a la vez, tan cálido.

lunes, 8 de febrero de 2021

Mientras sucede

Disfruta mientras sucede... capta ese momento inequívoco y sublime en el que, por una fracción de segundo, las cosas son. Date cuenta de que ese es tu momento. De cambio, de transformación, de acción. Saca el mayor provecho de él, tomando conciencia de sus posibilidades. Reconócelas, no las niegues, no las disimules. Decide, resuelve dar el gran paso. Agita tus alas y ve por tu sueño. Que nada detenga tu vuelo.



viernes, 15 de enero de 2021

Pájaros de papel

Se han apaciguado las luces y colores propios de un día de verano a pleno sol. La lluvia ha regresado. Pájaros de papel penden de un hilo amarrados al enrejado, y como en un vuelo inmóvil permanecen contemplativos y esperanzados. Algunas plantas han cambiado de ubicación, y con su verdor completan esta vista serena y relajante que hoy me circunda. Cálido y húmedo, así paso este nuevo enero, un quince, una tarde. 

domingo, 4 de octubre de 2020

Emociones

 


¿Qué nos dice esta frase? Que existe una relación de causa y efecto cíclica, una referencia circular, entre las emociones que nos sobrevienen y su origen. De ellas podemos aprender cómo pensamos, con el objetivo de entender que estamos sumidos a un sistema de creencias y que está abierta la posibilidad de modificarlo a nuestro favor. Mientras no hagamos movimientos las emociones tampoco se moverán, vamos a ir de una en una, atravesando todo aquello que ya sabemos que nos pasará, mientras creamos que esa es la única verdad y la única manera de vivir. Por el contrario, moverse del lugar conocido (o zona de confort) nos dará una perspectiva nueva de crecimiento, de mejoría y de resurgimiento hacia un próximo paso donde habremos logrado realmente estar mejor.

domingo, 27 de septiembre de 2020

Ante nuestros ojos


Un lugar en el mundo está en calma. Un brote quiere volver a reverdecer. Miro y veo intenciones positivas de crecimiento, luz que recorre los canales de energía y enciende la circulación de los sentimientos. En un momento de paz como este, una chispa de esperanza y de resurgimiento activa el inicio de una nueva etapa de vida. Renacemos, volvemos a la vida, volvemos al ciclo de los días con fe y con un nuevo horizonte. La verdad, si la observamos, está ahí, ante nuestros ojos.

miércoles, 5 de agosto de 2020

Lo que hay detrás

 
Te regalo un momento que no hubiera estado, que no hubiera sido. No dejaré que me veas, pero allí estaré, haciendo que todo brille y que el tiempo que compartas a mi lado sea hermosamente transcurrido.

Te brindo mi ser incondicional. Te regalo un instante breve. Sólo quiero que estés ahí contemplando, respirando, sintiendo el presente que hoy eres.

Te regalo mi paz y mi armonía, te regalo las formas, las que imagines, porque de realidad se nutre el ser, pero aún más de fantasía.

Valora tus sombras, tus zonas oscuras, que de lo demás me ocuparé, en silencio, hasta la naciente aurora.


jueves, 25 de junio de 2020

Bandera

Flamear en lo alto, ser parte del viento, dejarse llevar. La bandera luce nueva y radiante a días de su aniversario, en la cima del mástil de la plaza. Las puertas están cerradas. No podemos verla, sino desde nuestras ventanas. El sol no calienta. El invierno está en su pico, endureciendo los ceños y los corazones de multitudes que anhelan el próximo verano. Hoy, un día como solamente es hoy, dejando la huella en este viejo refugio que ya es parte de mi historia.


viernes, 13 de marzo de 2020

Lo que te hace bien

Escrito por Leo
En ocasiones nos encuentra un momento de la vida sentados, contemplando un horizonte, en calma, tomándonos un tiempo para escribir, para dejar surgir ideas de la mente al papel. Sabia decisión no pasarlos por alto, dar lugar a que ocurran, a que se desarrolle nuestra capacidad expresiva y creadora, lejos del cotidiano, cerca del auto-conocimiento. Saber quién soy, qué necesito en este plano, me va a permitir desarrollarme con mejor eficiencia en mis tareas para con el mundo y para con los demás seres. Por eso, refuerza la dosis, nunca olvides lo que te hace bien.

lunes, 14 de octubre de 2019

Movimientos

Cada día que pasa, un movimiento imperceptible pero real está sucediendo a nuestro alrededor. Desde el girar de la Tierra hasta el avance progresivo de una semilla hasta ser brote, hasta ser tallo, hasta ser verdes hojas. Y así vendrán árboles, frutos y nuevas semillas para volver a empezar. Haz movimientos, cada día que pasa.

martes, 10 de septiembre de 2019

Volviendo

Brote en Parque M. Lillio, Necochea
Volviendo a este, mi primer blog, que alguna vez me conectó con los escritos en el espacio intergaláctico, allá por el 2007, año en el que, como muchos, comencé a hacer Internet, dando lugar a lo que se llamó la web 2.0.

Aquí relegamos un poco nuestra actitud de lectores y receptores de información, para comenzar a ocupar el rol de crearla y de inyectarla en un mundo virtual que gradualmente iba a ser buscado y encontrado por otros, quienes además podrían intervenirlo y crear así un sistema comunicacional completo.

Pasó el tiempo, y fueron surgiendo muchas y distintas formas de web participativa, las llamadas redes sociales, sitios de alojamiento para gran cantidad de archivos, fotos, música y videos (la nube), diversos sistemas de chat, calendarios, agendas, blocs de notas, entre otros... de manera de poder tenerlo todo, pero todo en la web.

No es la idea extenderme en un relato tecnológico, sino entender que provenimos siempre de una base, de un punto cero donde tuvimos la primer iniciativa y la primer herramienta. Y que existe ese gusto inigualable de volver a esa esencia, allí desde donde alguna vez partimos.

Hoy vuelvo aquí, a El devenir del tiempo, a ese lugar que me vio surgir a una nueva comunidad de escritores y lectores, aunque hoy se haya quedado en el tiempo. Vuelvo a crear una entrada, a pensar lo que escribo palabra tras palabra, a borrar y volver a tipear, a insertar una imagen, a poner en negrita un texto para fortalecerlo, a darle un título, a buscar un cierre, y finalmente, a poner un punto; no final, un punto y hasta siempre.

Desde Tostado Café Club.

jueves, 13 de junio de 2019

Libertad

Tendencias que van mutando mientras crecemos. Costumbres que van siendo devoradas por otras. Maneras que son suplantadas por nuevas formas de encarar la vida, más o menos felices, más o menos útiles.

¿Hasta qué punto somos capaces de borrar nuestras huellas y nuestra esencia con intereses banales cada día? ¿Hasta cuándo podremos postergarnos creyendo que saldremos ilesos? No somos indemnes al salto elíptico que le proponemos al presente. Nuestro tiempo sufre, como sufrimos nosotros sin darnos cuenta.

Aquello que hoy nos aqueja no es más ni menos que esa constante supresión de tiempo en la que todo lo que no haríamos es lo que finalmente terminamos haciendo. Nos suponemos indestructibles a esa manipulación de nosotros mismos. Pero cuánto nos equivocamos...

Te propongo que hagas lo que quieras, aunque sea por un momento, y que lo hagas crecer día a día. Con el correr del tiempo seguramente llegarás a descubrir que la libertad es mucho más que una palabra bonita. Está dentro de cada uno de nosotros.

lunes, 8 de abril de 2019

Menos es más

Cuando me doy cuenta de que las palabras son infinitas, y de que con sólo unas pocas puedo expresar tantas cosas... refuerzo la idea de que hablar con pocas palabras basta, de que menos es más. Son muy valiosas, y como todo lo que vale, hay que cuidarlo. El infinito puede estar cerca o lejos. De hecho podemos estar transitándolo sin darnos cuenta. Hablá con pocas palabras, no las derroches. Decí lo que quieras decir y si no tenés nada que decir, hacé silencio. Seguramente alguien te valorará por ello. No seas como todos los demás, sé particular. Confiá en el poder de tu mirada, de tu sola presencia. No hagas nada que no quieras. Sé como sos.

domingo, 17 de marzo de 2019

No pasará jamás

Sigilosamente se acercó a la ventana del aula donde se dictaba su clase y se deleitó contemplando aquella mirada una vez más, entre tanta gente. No quiso entrar. Lo esperó a la salida. Caminaron juntos, sin decir palabra. Su reloj pulsera marcaba una hora inequívoca e invariable. Disfrutó esa caminata de pasos aletargados, mirándolo de reojo cada tanto. En su piel había ciertas lesiones o golpes, de algo que no comprendía ni venía al caso. De pronto se encontraron descansando en una luminosa habitación, cómodos, disfrutando de la mutua compañía, como si eso fuese todo, como un momento perpetuo que no debiera terminar. Allí permanecieron por tiempo indefinido. De esta forma había confirmado un pensamiento que siempre sostuvo: el amor es aún más fuerte que la vida, el amor todo lo trasciende, el amor no pasará jamás.

lunes, 4 de marzo de 2019

Bravo mar

Bravo mar, eres única e inmensa verdad. Eres amor, ternura y bravura. Eres el océano. Eres agua y sal. Profundidad y costa. Prisión y libertad. Fuerza y sensación. Llevas vida en tu interior. Llevas luna sol. Acaricias cada amanecer y reflejas el dorado del ocaso. Das de beber a las aves que sobrevuelan tu vasta presencia. Rodeas nuestras tierras, humectándolas, embelleciéndolas. Con cada ola, con cada golpe, en cada latido.


sábado, 2 de febrero de 2019

El momento de la creación

El momento de la creación es aquel en que nace eso que se estaba esperando sin siquiera saberlo. Cuando todo, ambiente, iluminación, sonido, todo confluye y conspira para que aquello surja, es ahí donde tiene lugar la creación. Como escaleras que suben y bajan, notas se combinan a la perfección para lograr nada menos que una nueva armonía, una nueva canción. Esa canción que otros escucharán y aprenderán hasta hacerla propia en sus oídos, hasta sentir y comprender algo de lo que quisimos decir con ella.

sábado, 27 de octubre de 2018

De corazón

De corazón te pido que cuando quieras iniciar un diálogo conmigo no lo hagas haciendo alusión al tiempo que pasaste sin verme o sin saber de mí, sino al tiempo que quieras compartir a partir de este momento, el ahora. Eso es lo único que tenemos, mientras que aquello ya no volverá, y reclamarlo no nos conduce a nada. Respeta mis tiempos como yo respeto los tuyos. Gracias!

sábado, 6 de octubre de 2018

Otro

Tiempos que cambian, que vuelven hacia el centro en espiral. Con intensidad. Con bravura. Con honestidad. Sabores que inundan hasta el llanto. Aromas que despliegan las alas para no regresar. Colores que brotan desde el interior y disparan hacia otros mundos. El presente que aquí está. Todo vuelve, todo vuelve a empezar. Este instante, el mismo, no. Otro quizás.

domingo, 8 de julio de 2018

Tocar un árbol hoy

Un tiempo que nos debemos dedicar. Un momento que no podemos dejar pasar. En cada día, cada semana, mes, o año, lo que cada uno pueda y quiera regalarse. El contacto con el origen, con aquello que aún permanece tal cual fue diseñado por su naturaleza. Permitirse que nuestra mano llegue sin que por eso tenga que modificarlo, es hoy un acto de gran valor. A través suyo podemos mirar, podemos recibir la luz del sol, podemos sentir una textura original y diferente al cotidiano. Tengamos más de estos hábitos, y menos de los otros, y observemos cuánto mejor podemos sentirnos cada vez que lo hacemos. Un instante para toda la vida... tocar un árbol hoy.

lunes, 30 de abril de 2018

Encuentro

Aproximándose a un amplio espacio verde de esta gran ciudad, me detengo una tarde de otoño y dejo mi mente volar, me dejo desconectar y me permito no estar atento a nada. Asimismo observo como mi mirada se relaja, se desenfoca, mira de forma diferente a lo habitual. Mis músculos se aflojan, el aire circula y llena mis pulmones más a fondo que nunca. El aroma y el sabor de un buen café se hace sentir más y más que en cualquier ocasión. Y así es como siento encontrarme, conmigo mismo, sin miedos, sin nada que reprochar o demandar. Es un encuentro cercano, sin titubeos, sin llegadas tarde, sin cancelaciones, sin mensajes, sin tildes, sin compromisos, sin frases hechas, sin no saber qué decir... porque no hay nada que decir, porque de verdad y finalmente está todo bien, y cuando está todo bien no hace falta preguntarlo. Es un encuentro, es mi encuentro.

domingo, 18 de marzo de 2018

Recuérdame

Un mundo que es vasto y dividido entre los vivos y los muertos puede fusionarse a través de las notas de una guitarra. Es así como Miguel, nuestro joven protagonista, interpreta la emblemática melodía creada por quien fue su tatarabuelo al tener que abandonar sus tierras. Gracias a ella logra que su bisabuela Coco recuerde a su papá, Héctor, minutos antes de que se extinga por completo tras haber sido olvidado en el mundo de los vivos.

Así describo la rama central de esta fascinante película que nos conmueve con sus personajes, sus colores y su estilo musical tan particular. No sería extraño que al pasar los años podamos recordarla por estos elementos inconfundibles, y no descarto que sea llevada al teatro en algún momento.

Sigamos apoyándonos en el arte, en los sonidos, en la música...
Crucemos el puente.
Mientras alguien nos recuerde, estaremos vivos.

domingo, 4 de marzo de 2018

Villa Pehuenia, aquí y ahora

Silencio. Verdadero silencio. Oídos que van acostumbrándose a la ausencia de innecesarios ruidos. Un aquietado lago, manto de plata que rodea la casa, más conocido como Aluminé, es quien une cada isla a mi alrededor. Un sol que quiere decirnos algo, después de la lluvia matinal, y después de haber estado en lo alto y en pleno fulgor durante días, se refleja como cristales en las aguas que pasan. Pájaros, conejos, los perros de la casa, son parte de la alegría de este lugar al que llamamos Villa Pehuenia, un sitio de ensueño, lleno de magia, paz y felicidad. Sensación de aplomo, de que uno es uno con el lugar, de que el verdadero ser aflora y se explaya auténtico, se encuentra consigo mismo, sin ficciones, sin engaños, sin ataduras, libre de toda rutina.

No tengo cómo describir de mejor manera este rincón en el mundo, que me recibe y aporta energías cada vez que lo visito. Me purifica, aquieta y renueva mi mente. Me permite descansar los cinco sentidos, me recuerda lo que era la lectura, la escritura, la contemplación, la distancia, el silencio, los latidos, la verdad, la conexión con uno mismo, el ser.

Mi existencia es aquí y ahora, Villa Pehuenia, en este domingo que soy, siento y existo.

sábado, 6 de enero de 2018

Los unos que hablan de los otros

Cada vez son más los hechos que generan múltiples versiones sobre sí mismos. Cada vez mayor confusión, mayor incertidumbre sobre cuál es la verdad. Cada vez más son las personas dedicadas a hablar sobre la vida de otras, a opinar sobre sus cualidades, sus defectos, sus cuerpos físicos, y sobre banalidades que no hacen a nada.

Todas estas energías ocasionan roces y malestares entre personas que quieren vivir armoniosamente. Personas que hoy se acuestan a dormir en calma mañana tendrán un malentendido por resolver entre dos más de su especie. Justamente, por los unos que hablan de los otros.

Me pregunto si tan aburrido les resulta el mundo... si tan insulsa les es la propia vida como para que a consecuencia de ello jueguen a tejer historias entre los otros.

No es odio lo que me genera. Tampoco rencor. El sentimiento que me inunda es inexplicable. Es cuestionarme por qué siendo simple la vida, los otros la complejizan de esa manera.

A todos ellos, les digo, una mirada a tiempo hacia el interior y sin dudas alcanzarán un nivel de paz que hasta ahora poco conocen. Porque los unos que hablan de los otros, ya han dejado de ser unos.

Espacios

Pienso en algo más visual que el tiempo, en algo más tangible que el paso de las horas, y pienso en el espacio. Una intersección única de sitio, posición, ubicación y nuestra mirada que todo lo transforma.

¿Cómo son esos espacios realmente? ¿Es así tal como lo vemos? ¿Era de otra manera tiempo atrás? ¿Es espacio o es tiempo lo que ven nuestros ojos? Todas preguntas que encuentran más de una respuesta en el infinito mundo de la metafísica. ¿Archivan los espacios todo lo que sucede en ellos? Cuando nos encontramos en un lugar donde poco tiempo atrás hubo gran cantidad de gente, y ahora nadie, ¿qué percibimos? ¿Podemos entonces separar el espacio del tiempo o estamos hablando de una misma cosa?

Cualquier espacio-tiempo puede ser finito o infinito, ya que hablar de infinitud supone no saber donde algo termina, y dado esto puede terminar en algún punto que desconozcamos. Y, como contrapartida, hablar de finitud indica que un espacio termina, cuando en realidad nunca lo hace, siempre sigue más allá. Por tanto puede tratarse de un límite existente dentro de las convenciones de nuestro lenguaje.

Diría que, asumiendo el tamaño que tenemos en relación al espacio conocido hasta el momento, moderemos las divagaciones y nos centremos en el espacio que nos fue dado para nuestra vida.

lunes, 1 de enero de 2018

El mejor lugar para transitar

Y se va yendo otro de los años transitados... Festejo la llegada de uno nuevo, y festejo también la existencia de todos los vividos. Diré que no existe el año ideal, cada uno es particular y diferente a los otros. Cada uno nos deja aprendizajes y valores, nos gratifica y nos sacude, haciendo que usemos nuestra experiencia para seguir saliendo ilesos, apostando a la vida. Mi mayor deseo es agradecer a la vida por todo lo que me da. No esperar un año mejor, sino que uno mismo pueda dar lo mejor de sí para hacer de su año el mejor lugar para transitar.


sábado, 5 de agosto de 2017

No estamos perdidos

5/8 - 1 am. Por segunda vez termino de ver el ciclo de la serie Lost. No puedo dejar de relacionar estos números de fecha y hora de finalización con el tan nombrado vuelo 815 de Oceanic. ¡Esto no es casualidad! Como tampoco lo son las cosas que ocurren a diario. Cuando al cruzarte con alguien en la vida que luego será tu compañero/a sentimos esa conexión, esa sensación de re-encuentro, donde todo ya está dicho antes de la primera palabra. Donde sabemos que esto ya pasó o que simplemente es una continuación.

Algo o alguien, sino uno mismo, en otro tiempo, en otra existencia, ha resuelto a través de sus actos que hoy esté pasando lo que pasa. Decisiones tomadas antiguamente van marcando el destino que vendrá. Lo que pasó, pasó. Y lo que hoy pasa es lo que debía pasar. Es así de perfecto. Desde un cruce ocasional con alguien que sólo nos mira o nos consulta una dirección y nosotros estamos allí para ayudarlo, porque eso debía ser así desde siempre, hasta la elección de esa persona que nos acompañará en la vida. Esta idea es la que transmite la serie.

No estamos "perdidos". El tiempo y el destino se encargarán de volver a encontrarnos. De ser como tenga que ser.

domingo, 25 de junio de 2017

¿Para qué?

Una pregunta que abre la mente a pensarse no como una máquina que acciona sin dirección, sino como una estructura capaz de cuestionarse hacia dónde va con su accionar. De cero a diez pueden variar la cantidad de segundos que pasen hasta encontrar respuesta, siendo cero el que remite a personalidades más impulsivas y decididas, y diez el que concierne a personas más contemplativas. Ningún tiempo de respuesta es malo, siempre que la encontremos, y siempre que cumplamos nuestras acciones para algo que sepamos qué es y cuyas consecuencias sean las que nos acerquen a la felicidad.

Como ejemplo, escribo este texto para recordarlo siempre que lo necesite, para intentar no olvidar que soy capaz de decidir mis actos y hacia dónde quiero llegar con ellos, para evitar caer en manos de quien me invite al sinsentido, a obrar para su beneficio y bajo sus propias reglas. Eso no es lo que deseo, eso no conducirá a mi felicidad.

Por eso dejo estas palabras. Y también para invitar a reflexionar a todo aquel que concuerde con esta idea a que tome conciencia al menos una vez al día de lo que ha hecho y dejó de hacer, de las decisiones que tomó y de las que le fueron impuestas por otros. Y que se pregunte cuánto más cerca de su felicidad está respecto del día de ayer.

Gracias!

viernes, 23 de junio de 2017

Lo que deba ocurrir

Otro viernes por la mañana en Pasco, sintiendo como el mundo gira y evoluciona, como las semanas dan curso a más y más sentires. Un café que espera, un libro que aparece para acompañar, y un día plomizo que contradice lluvia con un leve sol que se asoma y que quiere salir por más que le cueste. Todo eso sucede aquí, en los alrededores de Pasco y en cuantos lugares más. Este es sólo un recorte, mi recorte de esta porción de realidad. Tantos otros instantes estarán siendo vividos con mayor o menor intensidad, sin conocerse y sin tocarse. Pero aún así coexisten, y son parte de esta existencia colectiva, donde todo lo que sucede aquí puede estar impactando en otro sitio de alguna manera. Está en manos del destino lograr el mejor resultado posible. Todo lo que ocurra, necesariamente e inevitablemente será lo que deba ocurrir. Sin más.

martes, 2 de mayo de 2017

Expresar


Necesidad de escribir, de expresar algo. Palabras, notas, movimiento, algo... Algo que alguien vaya a recibir en algún momento, cuando sea, cuando el destino quiera. En papel, en el aire, en las nubes, en la arena, en el agua... De cualquier manera. Pero expresar, con soltura, con consistencia, con valor, con decisión. No temer, no reprimir, trascendiendo, traspasando barreras. Ser libre, auténtico, independiente y vívido. Hacerlo por placer, por necesidad, o porque sí. Compartirlo... con un amigo, con la pareja, con el mundo, o con uno mismo. Ayer, hoy y siempre, nunca será tarde para expresar. Simplemente hacerlo, soltarlo, dejarlo ir. Porque al dejar ir, de alguna manera, se estará quedando.

domingo, 30 de abril de 2017

Más cerca

No llevaré conmigo aquellas cosas que me hagan daño. Dormiré acompañado de quien me genere confianza y bienestar, o dormiré solo. Jugaré juegos con quien sepa ganar y sepa perder. Tendré invitados, miles, siempre que al menos uno esté en silencio. A él lo escucharé con atención. Responderé toda pregunta que estimule a sentirse bien y en paz con uno mismo y con el entorno. Me nutriré del aire de las mañanas, sean soleadas o en lluvias. Haré lo que sienta, y quien lo cuestione estará un paso más lejos de mí que el día anterior. Hoy falta un día menos para cumplir nuestro sueño, si es que lo tenemos. Estamos siempre un minuto más cerca de mañana. Un minuto más lejos del ayer.

martes, 25 de abril de 2017

Vivencias

Hoy llovió. En casa, como hace tiempo. Vidrios empañados, música para meditar, luz tenue, son algunos de los signos presentes aquí y ahora. Se oyen pasar las páginas de un libro desde el dormitorio. Se siente la frescura de un mes de transición hacia el invierno. Otro invierno más, para recordar, para vivenciar, para proyectar... Imágenes que vuelven a mí, reviviendo momentos de años atrás, un primer capítulo que no olvidaré... Compartiendo, conmoviendo, uniendo fuerzas... Desde este lugar, desde este hogar, creciendo.

domingo, 19 de marzo de 2017

Flaco para otro

¡Estás más flaco! aclama una voz mientras el “flaco” (en adelante, “Flaco”) intenta acercarse al “otro” (en adelante, “Otro”) para consumar el saludo. Flaco sabe que esto ya lo escuchó más de una vez, tanto de Otro como de otros “otros”, y entiende por añadidura que, si esto fuese tan cierto, su volumen o masa corporal ya se hubiera reducido de tal modo que sería invisible para la especie humana. Y en tanto no es invisible, dado que todos los “otros” lo siguen viendo y siguen observado su “cada vez mayor flaqueza”, comprende que la premisa cae de lleno en el concepto de “muletilla”, en el universo de las opiniones ajenas que se desata en todo encuentro cuando “no se sabe bien qué decir”.

Agotadas las respuestas a esta inconsistente pero reiterada afirmación le siguen otros comentarios no mucho más felices como “¿estás comiendo bien?... ah... claro, ahora sos vegano, comés semillas...”. Y cuando finalmente Flaco intenta hablar y explicar, entre las risas de Otro y los otros, los beneficios de su alimentación, viene la reina de las preguntas: “¿vos todo bien?”. Cara de Poker: bien, bien, por suerte. Y le siguen: “¿el trabajo?” Bien, gracias.

Y... ¡vamos a la mesa! ¿Qué se sirve Flaco? Ensalada. ¿Qué pregunta Otro y otros?... “¿Ensalada?”  Y aquí risas generales. Y de nuevo a empezar. O sino, plan B: mutis y más risas.

 Cuestión que después, para Otro y otros vienen dolores, pesadez, hinchazón, y pastillas... muuuchas pastillas “sanadoras” y “necesarias” para aliviar los síntomas de la ingesta; y a la noche, obvio, las del sueño para poder dormir. A la mañana, el “cafecito” para “activar”, y el pan tostado que no puede faltar en un “buen desayuno”. Ahora de frutas ni hablemos, porque son indigestas. Y nueces, almendras, castañas... nooo, ¡jamás!, engordan.
Ahora te pido algo... Si te sentís Otro, no te sientas atacado por esta crónica y pensá un poco en TU situación. Y si te sentís Flaco, quedate tranquilo, estás haciendo bien las cosas y estás como debés estar.


domingo, 11 de diciembre de 2016

¿Qué pasa hoy?

No quiero volver y que todo vuelva a ser como entonces. Quiero que algo haya cambiado. Que los vínculos sean más sanos. Que las personas no generen tanta demanda. Que cada ser pueda ser más libre e independiente. Que cada uno construya y viva su vida lo mejor que pueda y no dañe a los demás. Que no estemos atados a las fechas y a los compromisos. Que demos más y pidamos menos, y que cuando demos sea a cambio de nada. Que amemos incondicionalmente. Que no hablemos de terrores y de pánicos para no seguir sembrándolos. Que hagamos lo que nos gusta sin darle explicaciones a nadie. Que estemos menos “complicados” y seamos más precisos con lo que nos pasa. Que no pongamos tantas excusas y seamos más genuinos. Que veamos la vida desde el lado bueno y no nos inventemos problemas. Que podamos sortear obstáculos en lugar de acumularlos. Que nos encontremos casualmente y no programadamente. Que nos veamos para reirnos y no para arreglar el mundo. Que existan más momentos que la noche del sábado. Que tomemos más “una calle” y menos “algo”. Que cuando tengamos sueño nos acostemos a dormir. Que cuando tengamos ganas de irnos nos vayamos. Que nos interroguen menos por nuestras elecciones. Que nos pregunten si somos felices y no cuánto hemos pagado por tal o cuál cosa. Que nos amemos y respetemos más. ¡Gracias!


sábado, 10 de diciembre de 2016

Sur, chocolate y aire puro

​El sur y su despliegue de climas hacen que cada día sea particular. Tardes grises, mañanas de sol, noches frías para cenar en la cabaña… cubren los gustos de una gran variedad de gente que viene a visitarlo.

Sus paisajes, lagos azules, el aire puro y fresco. Sus sabores a chocolate artesanal, un mate, un café recién hecho acompañan el gusto de sus huéspedes.

La Patagonia ofrece todo eso y más secretos en uno de sus sitios más mágicos llamado Villa Pehuenia, al sur de la provincia de Neuquén. Un lugar en el mundo que invita a conocer, a vacacionar y, por qué no, a transitar la vida que tenemos por delante.

viernes, 14 de octubre de 2016

Sin tiempo

El tiempo, los seres que transitan por él, los mismos que alguna vez lo crearon, hoy víctimas de su galopante paso y su apremiante fluir. Seres apresurados, que llegan tarde, que nunca llegan, que cambian el horario. ¿Es importante todo eso? Podemos parar, hacer un alto, pero también de esa manera estaremos dando cuenta del tiempo que tenemos encima de nuestros hombros.

Propongo olvidarse ahora mismo de que todo transcurre en un momento y quedarse con el momento en sí, con el aire que pasa frente a nosotros, con la compañía que tengamos a nuestro lado, con lo que estemos consumiendo o no, con el sonido del agua o el calor del sol en nuestra piel. Ellos son eternos porque así es nuestro deseo.

Llegar tarde ya no existe. Porque nada distinto ocurrirá si eso pasa. Las vidas seguirán cursando su ciclo. Las lunas seguiran creciendo y menguando. Nada cambiará. No llevemos ese peso en nuestras espaldas porque no nos permitirá ser felices. Reflexionemos un momento y veremos que nada cambia a nuestro alrededor. Respiremos. Sin más.

lunes, 10 de octubre de 2016

Escribir, existir...

Quiero escribir sin pensar qué. Quiero que nadie lo note. Quiero que lo encuentre quien deba encontrarlo. Alguien que alguna vez nació deberá cruzarse algún día con este texto. Cualquiera que sea, sin haberlo buscado, sin llamarlo, sin anunciarle que existe. Como los seres, que cuando se encuentran sin saberlo forman amistades, sociedades, parejas, relaciones más o menos duraderas.

¿Cuánto dura la relación con un escrito? ¿Su tiempo de lectura? ¿Su relectura? Un corta duración si es por eso. O puede extenderse a todo el tiempo que el lector retenga esas palabras en su memoria. Su inconsciente puede guardarlas toda una vida. Es más, puede trascender a vidas futuras y ser información para el día de mañana, una dosis mínima o esencial de su próxima existencia en este u otro mundo.

Quiero no pensar. Y que todo esto ocurra. Quiero existir y reexistir. A través de mis escritos, de mis nubes, de las palabras que digo y que callo. De esos silencios tan cuestionados. De esas soledades tan observadas. De esas cosas que nadie se anima a hacer.

Quiero escribir, existir.

sábado, 23 de abril de 2016

Si no, no importa

Reiteradas veces en lo que va del año recibí propuestas y pedidos interesantes, ya sea de trabajo o personales, pero sobretodo de gran necesidad de parte de quien los formula. Y me he chocado con que ante el menor cambio de opinión o una simple condición puesta de mi parte, y habiendo ya puesto manos a la obra en el asunto, me devuelven muy al pasar un “dejá, si te complica mucho no lo hagamos”, o cualquier otra combinación de palabras de ese estilo. Esto si es que no optan por el silencio como respuesta.

Ahora yo me pregunto… ¿Tanto esfuerzo, tantas neuronas trabajando y tanta voluntad puesta para que, de un momento a otro, el pedido decline irrevocablemente porque la otra parte argumenta que a mí se me complica? Dejando interpretar de esa forma que aquello tan deseado no lo era tanto entonces… Creo que, en tal caso, hay que empezar a asumir una seguridad mayor a la hora de acercar una propuesta, y si no se reúnen las suficientes ganas de encarar algo, mejor no hacerlo.

domingo, 10 de abril de 2016

Latiendo

Cambian algunos espacios, los de rutina, los que están a diario ante nuestros ojos. Intentamos renovarnos, conservando algunas cosas y alterando otras. Cambian nuestras ideas sobre el mundo, nuestra ropa, y nuestras sensaciones. Pero no cambia lo que sentimos hacia esa persona especial. La unión de las almas no cambia. Existe y existirá siempre. Eso es lo esencial, lo que no caerá jamás ante el paso del tiempo. Soplarán los más duros vientos y seguirá allí, latiendo.


lunes, 11 de enero de 2016

El sitio de la creación

Veo un buho que me mira, un bebé con una taza y una manzana en las manos, un gancho con forma de rana, un duende sentado en un parlante, un teléfono ya apagado, auriculares sobre el piano, las carpetas de una obra en construcción, tarjetas personales, un control remoto, un metro, una goma de borrar, una planta, y otra, y otra más... Y así se compone este cuadro de noche, con luz de fondo en la pared, que me despide hasta mañana, hasta un nuevo día.


domingo, 10 de enero de 2016

De recuerdos

Mirar una película ambientada años atrás y recordar cómo era todo antes. Descubrir esas cosas que hemos dejado de hacer, esos hábitos que quedaron en el olvido y tener ganas de volverlos al presente…

Más tarde, rememorar esos proyectos que encajonamos por ser más grandes de lo que podemos realizar, o por creer que así es…

Ponerse a tocar un piano, a escribir un blog, a desplegar el abanico de sitios abiertos durante toda la vida, y ver cómo la mayoría han quedado congelados… otros apenas fueron inaugurados y no se volvieron a tocar.

El entusiasmo que implica empezar algo nuevo hace que la historia quiera repetirse. Pero ya tantos han pensado lo mismo que no quedan casi nombres a disposición, algo que me trae nuevamente hacia aquí, al viejo devenir del tiempo. Y aquí me quedo, por ahora.

viernes, 1 de enero de 2016

Dejarse vivir

He visto que, donde ayer no había nada, puede haber nacido algo mientras dormíamos. Una incipiente naturaleza que aflora y sale a la luz para vivir aunque más no sea un día, mientras pueda. Así permanece y cumple su ciclo vital, mientras las ranas croan, los trenes pasan, las burbujas se forman y explotan, y los humanos… Los humanos piensan y hacen, hacen que piensan, o piensan hacer…  hagamos algo, pero hagamos el bien. Dejemos vivir. Dejémonos vivir.

jueves, 29 de octubre de 2015

Fin de un día

El fin de un día que empezó horas atrás y del que no fui testigo sino desde esta ventana de realidad. Entre gotas de sol y lluvia, entre sueños, vi las horas pasar. Ojos que no ven, corazón que sí siente. Ha sido el día de hoy. Hasta mañana.

lunes, 19 de octubre de 2015

La marea

Creatividad que existe en lo hondo del mar, emergiendo desde las profundidades, sosteniendo su respiración al límite de lo imposible, de lo impensado. Más cerca de la superficie, un nuevo oleaje la vuelve a sumergir. Ideas que salen como burbujas cargadas de aire y que se mezclan con la voraz tempestad del afuera, intentando llegar a tierra firme sin conseguirlo. La marea está brava, cargada de pensamientos, colores y matices que no lo abandonan. Se ha apoderado de ellos, hasta quien sabe cuando.

miércoles, 8 de julio de 2015

Nuestra verdad

Andar por dondequiera, cuando sea, sin tiempo…
No se hará tarde, no será temprano.
Iremos sin rumbo, sin marcas.
Todo lo demás puede esperar.

Tendremos la certeza de que esa es nuestra misión en el mundo.
Nuestra verdad.

domingo, 21 de junio de 2015

Veintiuno del seis

Un domingo, aunque no uno más. El sol desciende raudo hacia el horizonte, más temprano que cualquier otro día del año, dando paso así a una nueva estación. Pronto será de noche, y una taza de te también se va quedando vacía mientras estas letras aparecen en mi escrito. Todas señales de que el tiempo avanza, de que los minutos corren sin control como un ejército avasallante. Con seguridad y con razón habrá miles de familias reunidas en este día. Desde el lugar que hoy me toca, sólo puedo contemplar este sol, descendiendo raudo hacia el horizonte, más temprano, mucho más temprano que siempre.

sábado, 16 de mayo de 2015

Donde sea que estemos, tú y yo siempre veremos la misma luna

Otro escrito, extraído esta vez de la película ZEN, que remite a la idea de igualdad y conexión universal. Seas quien seas, tengas (o te hayan dado) más o menos poder, estés en la Argentina o en Japón, hay cosas que nunca cambiarán para tus ojos. Cambiarán los ojos de uien la mira, pero la luna será la misma.


jueves, 30 de abril de 2015

Soñar

Del afán de soñar un sueño, imposible o no, ningún humano sea quien sea puede escapar, así se presuma que lo haya alcanzado todo y haya logrado el máximo pilar en su vida. Siempre algo soñará. Es condición del ser.

viernes, 3 de abril de 2015

Inspiración

Dejar la mente en blanco, apagar las vías de comunicación por unos minutos y acercarse de nuevo a aquello que parece estar escapándose. Poner en marcha los motores de la percepción, estar alerta al más mínimo estímulo, un sonido, la brisa que mueve las cortinas queriendo entrar, el ocaso que llega...

La inspiración aparece. No se la puede llamar a gritos. Tampoco olvidarnos que está por ahí, mirándonos de lejos, dándose cuenta lo distraídos que estamos, ocupados de otras cosas, y cerrándole la puerta.

Un momento a la semana, unas horas dedicadas a la reconciliación con ese espíritu que nos mueve, nos hace escribir, crear, pintar, y ser.

Que no se vaya, que se quede.

viernes, 27 de marzo de 2015

Serás mi guía

Cuando el tiempo pase, y en el horizonte sólo esté la luna errante
Lágrimas por ti derramaré…

         Serás mi guía y cada noche yo también
         Veré la luna nacer.

miércoles, 28 de enero de 2015

La palabra, camino a la verdad

Cada vez que leemos o decimos un texto, cada vez que estamos frente a frente en cualquier situación de la vida, recurrimos a la palabra y a mirar a los ojos a alguien, a nuestro interlocutor. Algo que parece tan sencillo, pero que a la vez requiere un fuerte compromiso para hacer que lo que digamos sea verdadero.

Darse lugar a estas palabras, a estas imágenes que nuestra mente genera al decirlas, es lo que nos permite transmitirlas con la mayor fidelidad posible, tan iguales o similares a esa original fotografía que se nos revela al hacer o decir algo por primera vez.

Lo mismo, pero a la inversa, sucede al escuchar al otro. Si nos comprometemos fuertemente con su mirada, con su timbre de voz, con las palabras que emplea, con sus silencios, con su lejanía o proximidad física, nos conectaremos de manera indestructible y estaremos compartiendo las mismas emociones.

De esa manera, los otros podrán ver también todo aquello que nosotros veamos en nuestro relato, que ya no será un discurso vacío, sino un sinfin de imágenes convertidas en palabras.

Por último, quisiera destacar las rondas de conversación. Son momentos de reflexión compartida donde se practica tanto la opinión como la escucha de manera completamente respetuosa. Son esos diez minutos en los que cada uno tiene su oportunidad de expresar algo y ser escuchado. Poco y nada se reúnen las personas a charlar en rondas, en silencio, en paz, sino es por una comida de por medio, un cumplir años o cualquier otro motivo que justifique tal cosa. Pocas cosas hoy suceden en el vida fuera de las convenciones, y esto hace que se pierda o, más aún, que difícilmente se encuentre la verdadera esencia de las personas.

martes, 20 de enero de 2015

Un año más

Un año más de vida y un millar de instantes transitados de diferentes maneras, cada uno con su experiencia, con su huella imborrable. Mirar hacia atrás y ver las huellas dejadas, mirar hacia adelante y ver un camino por seguir… las dos cosas que le dan sentido al espacio donde estoy parado. Saber que el mundo no se detiene, como no se detendrán los latidos, como no se caerán las hojas de aquel árbol, y como no se secarán los mares. Y seguirá lloviendo, y seguirán mojándose los desiertos sin que nadie lo vea. Seguirán cayendo las rocas sobre las montañas y provocando estruendosos sonidos sin que nadie los oiga. Continuarán emanando perfumes las flores del campo sin que nadie los huella, y seguirán sus frutos creando sabores que nadie ha probado jamás. Pero no estaremos ya tan lejos de que el cielo, sin querer, toque nuestras manos.

Cada encuentro, un reencuentro













En el camino, en un mundo, en un mar…
El destino, que vuela, corre, llega, gira.
Nos mira, nos sigue, nos juega, nos desafía,
nos gana, nos tienta, nos pone a prueba.

Juguemos, ganemos, consigamos lo nuestro.
Volemos, festejemos.

Sigamos el camino.

Hagámoslo hoy, ahora…
Ayudándonos, hasta que debamos partir.

Y hagámoslo juntos, unidos,
en una misma dirección.

Bromas, problemas, ilusiones, decisiones.
Todos para uno.
En cada sitio,
en cada instante.

Un viaje…
Eso es la vida.

Pasan las horas, pasan las aguas,
como una foto..
Eso es la vida.

Mano a mano,
girando juntos,
vuelta a vuelta.
Andando, riendo…
Así haremos de cada encuentro, un reencuentro.

lunes, 17 de noviembre de 2014

Sueños son

Se dice que no duran más de noventa segundos y que representan deseos inconscientes. Algunos son inconfundibles, otros muy ambiguos y algunos nos aterrorizan. ¿Qué son realmente los sueños y por qué aparecen en nuestras mentes? Si ya vivimos un constante flujo de imágenes durante las horas del día, ¿por qué surgen en ocasiones hasta el hartazgo, uno tras otro, en forma de persistentes pesadillas?

Podemos muchas veces interpretarlos, asociarlos con algún hecho o situación traumática que hayamos transitado o estemos atravesando actualmente. Podemos llegar a imaginar que aquello que soñamos se nos presentará ante nuestros ojos en las próximas horas, días, semanas… Tenemos la opción de creer que gracias a ese sueño estamos subsanando algo que no podemos curar en la vigilia. Y como estas, muchas teorías más.

Lo cierto es que, queramos o no, varias son las noches que soñamos. Algunos más, otros menos, otros nunca. Algunos dirán que lo hacen a voluntad, que lo pueden controlar, que pueden viajar a través de ellos…

Tanto se ha dicho de los sueños, que son en blanco y negro, que alargan la vida de la persona soñada, que cada sueño corresponde a un número de la suerte…

Difuso el límite entre sueño y realidad, como también entre mito y verdad. Y como quizás todo límite, o toda cuestión creada por el hombre que suponga una división estructural.

Aquí estamos, creo, transitando una vida terrenal y los sueños, sueños son.

sábado, 8 de noviembre de 2014

Rojo árbol, azul manzana

De niños nos enseñan a dibujar. También nos dicen que empecemos dibujando una casa, y que esa casa tendrá un árbol al lado. Más tarde, nos darán colores para pintar, y nos explicarán que la copa de ese árbol debe ser frondosa y verde. Como patrón no está mal, ya que si miramos alrededor veremos árboles frondosos y verdes, en su mayoría. Aunque para esto debemos considerar estar en la estación y lugar ideales. Quiero decir con esto que, si observamos más allá, si vamos un paso más lejos de lo que nos inculcaron, descubriremos otros árboles, de otros colores y formas, quizás deshojados, y no por ello habrán dejado de ser árboles. Nuestras mentes deben abrirse, estar preparadas para toda clase y color. La imaginación es infinita, y la realidad, muy por el contrario a lo que suele decirse, lo es más aún. Rojo árbol, azul manzana.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Equipaje

Cuando vamos al trabajo, al club, cuando vamos de viaje, y a cualquier lugar donde nos traslademos en nuestro camino por la vida, llevamos con nosotros nuestro equipaje. Sea en la mano, en bolsos, maletas, casas rodantes, cualquiera sea su naturaleza, lo que tenemos, nuestras pertenencias van allí como una sombra de nosotros mismos. Eso es lo que somos, lo que hemos construido. En él dejamos nuestra huella, nuestra insignia. Lo llevamos y él nos lleva también. Jamás imaginamos nuestro pasar sin él.

Jamás, hasta que sucede.

Allí es cuando, al dejarnos desamparados, al ver que desde el más abrigado camperón hasta el más minúsculo palillo dental, todo, todo, ha desaparecido en el tiempo, en el aire, en algún puerto, en las manos de quién sabe quién… nos vemos en la necesidad de empezar de cero. Manos a la obra y a arreglarnos como podamos.

Hemos elegido todas y cada una de las prendas con las que saldríamos retratados en las fotos. Hemos ideado todo a la perfección para que nada nos falte, diversidad de colores, texturas, formas y abrigos. Y así, sin saber cómo ni por qué, nos hemos quedado con lo puesto.

Vivimos diciendo que lo material no nos importa, y es cierto. Pero en el momento que nos falta nos damos la cabeza contra la pared y no sabemos cómo resolver. Pero aún así, resolvemos. Porque como seres humanos que somos, tenemos la capacidad de resolver cuando la necesidad nos oprime.

¿Adónde están nuestras cosas? Por ahora no lo sabemos. Tampoco sabemos si volveremos a juntarnos con ellas. Pero nosotros seguimos en pìe. Fuimos quienes construimos todo aquello, y de esa manera sabemos que podremos volver a empezar, con o sin nuestro equipaje.

domingo, 26 de octubre de 2014

¿Te conozco?

Hay algo en el universo que nos hace volver a encontrarnos, una y otra vez, en un espacio y un tiempo nuevos. Esta es una premisa que escribí algún tiempo atrás, y que se hace presente cada vez con mayor asiduidad en los tiempos que corren. Mucho se la ha relacionado con la reencarnación de las almas, con la creencia de que ya hemos transitado otras vidas y que otras más nos esperan por vivir.

Nada de esto puede comprobarse científicamente. Lo cierto es que cada vez son más los casos en que las personas comienzan a vincularse por mera casualidad, por ser invitados a un mismo lugar, por tener un amigo en común o simplemente por cruzarse sin querer en sus quehaceres cotidianos. En estos episodios de choque que pueden durar breves segundos, creemos reconocer esa mirada, esa sensación de que ya vivimos aquello con anterioridad. Por supuesto trataremos de justificar lo injustificable, aquel acto irreprimible de contacto visual y verbal con un otro que desconocemos, pero que así y todo creemos conocer. Inventaremos historias, intercambiaremos fechas y sitios en los que posiblemente podríamos habernos visto en el pasado. De todas maneras, nada de esto nos conducirá a la verdad.

Lo más cercano a lo que puede estar ocurriendo aquí, es que de alguna manera, en algún otro tiempo y espacio, en otra vida si se quiere, estas dos personas ya compartieron sus realidades. Y este encuentro azaroso que han tenido, este cruce de miradas que los desconcierta, no es más que una jugada del destino para que vuelvan a unir sus mundos, en esta oportunidad, en una nueva forma de vida terrenal. ¿Para qué? Lo descubrirán más adelante si se prestan al juego. Aunque de no hacerlo, tendrán altas probabilidades de seguir reencontrándose, otra y otra vez.

sábado, 25 de octubre de 2014

Ascensor

Timbre. Algo llega para mí. Tras diez minutos y algunos infructuosos llamados que se escuchan desde las alturas, llega al piso catorce el nunca bien ponderado ascensor. Completo -dice una voz no muy amable que viene del interior-. Cierro la puerta y entiendo que debo esperar el arribo de otro ejemplar.

Cuando al fin esto ocurre y logro abrir ambas puertas, otra voz, no mucho más simpática que la anterior, me pregunta: ¿Baja? Y por gentileza respondo que sí, aunque todos sabemos en este edificio que mi piso es el último. El obsoleto calabozo comienza a descender a paso lento. Para en el diez. Nadie abre. Pero justo cuando está por arrancar, cruje la puerta de madera cual si fuera arrancada de su emplazamiento y un niño se ocupa de abrir la segunda puerta plegadiza. Se oye un carrito que viene rodando por el pasillo del diez y llega. Efectivamente, madre e hijos, de los cuales uno en carro, se suman a los pasajeros de este viaje. Por cierto, el humor de la madre no es por demás armonioso.

Para en el ocho. Un pelado, con su perro a cuestas que no deja de moverse, ingresa al descenso, sabiendo que han superado el límite de capacidad, pero que, claro… “somos todos flacos”.

Piso quinto y primero, sí, leyeron bien, ¡Primero! En ambos casos se detiene el ascensor y hay que informar que va, por demás, completo.

Planta Baja. Se abren las puertas y una manada de gente, cual paparazzis, intenta subir a esa cosa antes de dejarnos salir. Hasta que por fin logramos ganar la batalla y estamos de una vez en tierra firme, el animal, su dueño calvo, el carrito bebé incluido, su alegre madre, su hermano, la vecina que me preguntó si bajaba y, finalmente, yo.

Yo, que sólo bajaba a recibir un pedido y ya tengo que emprender la subida en menos de un minuto. Mientras espero que el próximo vehículo me venga a buscar, por supuesto se va llenando la sala de espera. Y, para cuando logramos entrar los cuatro pasajeros permitidos, he quedado al fondo del asunto para emprender el ascenso.

Piso primero, sí, primero. Baja uno. Piso seis… baja otro. Y ahora, somos sólo una señora y yo. Piso nueve. Se detiene. Abre puerta plegadiza. Abre puerta de madera. Sale señora. Cierra puerta de madera. Pausa. Relean. ¿Están viendo lo mismo que yo? ¿No dan las cuentas? Recalculemos. Abre puerta uno. Abre puerta dos. Sale señora y cierra puerta ¡dos! Creo que no hay mucho que explicar. La señora viviría en carpa o supondría que el último pasajero debería ser el portero de cada persona que abandona el transporte.

Me dispongo a cerrar puerta uno y terminar de una vez por todas mi recorrido. Entro a mi departamento y a las claras, sin lugar a dudas… ¡Timbre!

martes, 21 de octubre de 2014

¿Dónde están todos?

Es una pregunta que me hago cada vez que piso una plaza o cualquier espacio verde en horas de la mañana de un día cualquiera. Son esos espacios que quedan vacíos durante la mayor parte de los días y que desbordan de multitudes los fines de semana. Tanto estamos acostumbrados a que la mecánica así funcione, que ni siquiera contemplamos la posibilidad de romper con ella. Tanto estamos hechos de rutina que no podemos dar lugar a caminos aleatorios que nos conduzcan y nos posicionen en sitios diferentes. Es cierto que hacerlo supondría cortar con muchos lazos que en un principio los consideramos como nuestro sostén económico, lo cual nos permite vivir con determinado estado o nivel social. Pero no deberíamos enviciarnos con ellos. No subordinarnos a un mandato, a una estricta costumbre cultural de que esto es y debe seguir siendo de esa manera inamovible. Somos nosotros los que sostenemos ese sistema que nos alimenta, no el sistema que nos sostiene a nosotros. Por lo tanto, deberíamos ser fuertes y en cualquier momento exigirle al sistema que nos obedezca como tantas veces le obedecemos a él. Somos nosotros “el jefe” de nuestros jefes, y no al revés. Porque sin nosotros nada de ello existiría. Grandes empresas insertas en imponentes edificios no son más que una máscara virtual de la mano de obra de quien hace las tareas día tras día, es decir, el empleado, lo que es lo mismo que decir que nosotros mismos. De manera tal que si nos seguimos sometiendo a una órden de arriba nunca vamos a poder destrabar esta paradójica situación del mandamás. ¿Son ellos quienes nos pagan un sueldo? ¿O somos nosotros que dejamos nuestro cuerpo y alma y que además les entregamos todo lo que producimos a cambio de una mínima parte de las ganancias que ello genera? La decisión es nuestra. ¿Comodidad y dejar que esto continúe a perpetuidad? ¿O damos vuelta la página y vemos de qué otra forma se puede contar esta historia? Para pensar.

viernes, 17 de octubre de 2014

Todo bien

Dos palabras se han puesto de moda en los últimos años. Sin saber muy bien por qué, hacemos uso de ellas muy a menudo cuando, por ejemplo, nos encontramos con alguien, lo saludamos, o inmediatamente luego del saludo, y más también durante la conversación, una y otra vez, como queriendo confirmar y ratificar concienzudamente que, de hecho, está todo bien.

Ahora bien, ¿cuál es la cuestión? Se nos olvida por un momento que de niños, cuando nos costaba mucho dar una respuesta larga a una pregunta, nos lo hacían todo muy fácil, de manera que contestemos sí o no. Incluso nos ayudaban a veces a dilucidar cuál las dos opciones nos convenía. Lo mismo hacemos hoy con nuestros chicos, cuando no saben qué responder le damos casi la respuesta en el enunciado. Y, sin ir más lejos, nos estamos acercando a pasos agigantados al tan trillado “todo bien”.

¿Buscamos el indefectible “Sí”? ¿Acaso no preferimos escuchar que sea el otro quien nos comente de verdad cómo se siente en ese momento, y siendo así entonces le proporcionamos en nuestra nimia pregunta la respuesta más acorde posible para nosotros? ¿Nos importa acaso la respuesta? ¿O sólo queremos ser cordiales y atentos cumpliendo con la mera obligación de haberle preguntado si efectivamente iba todo bien? ¿O será acaso que no nos animamos a una negativa, porque ello supondría quedarse horas hablando del asunto? Y, por supuesto, no tenemos esas horas…

No conformes con la respuesta de que “Sí, está todo bien…”, dejamos pasar unas cortas palabras, con suerte, y lo preguntaremos de nuevo con alguna creativa variante, que fluctúa entre: ¿tus cosas bien?, ¿laburo bien?, ¿la facu bien?, para volver cuando menos lo esperamos a “¿y vos todo bien?”

Se dice que como forma de romper el hielo y generar diálogo funciona a la perfección. Yo no estaría tan seguro. Un diálogo basado en que todo anda de maravillas no es muy profundo que digamos, solamente supone un falso ponerse al día con el compañero que tenemos en frente.

Sugeriría entonces, como alternativa, un mirarse a los ojos, analizar en un momento más la mirada del otro y tratar de ver: ¿De que va ese cruce que el destino nos hizo tener? ¿Qué podemos sacar en limpio de esa persona y de la situación real por la que esté pasando? ¿Qué nos podemos llevar y qué le podemos dejar para reconfortar su día?

Entiendo, con la mayor honestidad del caso, que las cosas así, funcionarían.

jueves, 9 de octubre de 2014

Nombres de perros

Domingo por la mañana, vamos a la plaza de nuestro barrio y nos disponemos a escuchar el silencio reinante característico de los días no laborables. Avanza lentamente el día y acompañado de un creciente repiquetear de uñas comienzan a aparecer repetidamente a nuestros oídos: ¡Nina! ¡Felipe! ¡Pancho! ¡Rulo!… Ahí están ellos, los dueños, en un incesante grito de llamado a sus mascotas que nunca vendrán, que nunca les harán caso, que insisten en gozar de un preciado momento de libertad, corriendo y revolcándose en el pasto fresco y mojado por el rocío.

Y así llega otro vecino, y otro y otro más, quienes se sumarán al colectivo llamado de restricción, de prohibición, de recato, de quietud, de represión, de deber, de intolerancia… Pero ¿a quién llaman en verdad? ¿No será tal vez una re-presentación de aquel grito que sienten retumbar en sus propios oídos día a día en sus trabajos, en sus viajes, en sus obligaciones, en las disposiciones que les genera la gran ciudad? ¿Será la fiel reconstrucción de esa orden, de ese mandato, de esa línea vertical que los atraviesa en cada despertar y hasta que sus ojos se cierran en la noche, y de la cual se sienten tan parte que ni osan escapar?

El collar está colocado, justo allí en donde una simpática cadena espera ser puesta para retener de un momento a otro a ese tosco animal, a ese ser a quien hasta ahora no deja de declamar su nombre aquel hombre o mujer que lo llevara, casi por inercia también como a sí mismo, a respirar un poco de sol.

La cuestión del primero

¿Cuántas veces nos hemos preguntado por qué tal o cual situación que repetimos a diario nunca vuelve a ser como la primera vez? ¿Qué sucede con esas emociones, ese deslumbramiento de ver nuestro proyecto recién iniciado, la primera página de nuestro libro, o la primera cena con quien sería más adelante nuestra alma gemela?

Todo lleva a pensar que esas virtudes que tiñen de perfección aquella imagen primera difícilmente puedan ser igualadas en las sucesivas. Y es así que pretender alcanzar una segunda primera vez en cualquier aspecto de nuestro camino, resulta utópico.

Siendo tal la cuestión de este artículo, quiero compartir con ustedes que, habiendo determinado el eje alrededor del cual iba a girar este blog, me dispuse a escribir una primera entrada. Y poniendo punto a final a la misma, una mala jugada de la corriente eléctrica hizo que mi pantalla se apagara y que no exista forma alguna de recuperar el texto original, que vale aclarar, fue escrito en una plataforma sin sistema de guardado automático. Pasado el mal trago, fue necesario reconstruirlo de cero recurriendo a la memoria.

Podría decirse entonces que, no por nada, este blog no posee un primer escrito. O en tal caso, que el artículo inicial no conserva las propiedades, la autenticidad y el encanto de aquel primogénito, que de tan ideal el mismo se perdió en el tiempo y hoy no es más que un lejano recuerdo.

Esto me da pie, incluyendo este artículo, a abrir otro interesante capítulo: el Ideal.

Todo fue y será presente

¿Qué escribir? o ¿qué contar? sería la pregunta inicial antes de encarar mi blog. No quisiera caer en la estructura común de clasificación en grandes grupos y ceñirme en una categoría de arte, social o política. Más bien quisiera hablar de algo más profundo y contundente que nos atañe a todos como seres humanos que somos.

Todo fue y será presente. Ese es un buen punto de ataque, dado que hablar de “tiempo” supone para nosotros una gran problemática que da lugar a muchísimas discusiones.

En este caso quiero hacer referencia a la necesidad del humano de inscribir todo su accionar en una línea de tiempo. Toda persona nace un determinado día, y pasado el ciclo en que la tierra gira alrededor del sol y llega nuevamente el mismo día calendario, cumplirá un año de vida. A su vez, dividirá a ese año en meses, y a estos en semanas y días, que se fragmentarán en horas, minutos y segundos.

De esta manera, todo su pasar estará sujeto a un momento determinado en el que, se cree, las cosas transcurrieron y ocurrirán, lo que llamamos “pasado” y “futuro” respectivamente.

A diferencia del espacio, el tiempo es tiempo desde que el hombre habla de él, lo que lo convierte en una invención suya y no en un descubrimiento. Decir que el tiempo existe desde un instante, supone por añadidura un momento anterior, y ya quedaría entonces anulado el concepto de inicio. Del mismo modo, pensar que todo terminará algún día, hace pensar en qué habrá “después”, lo cual destruye esos propios límites. El tiempo no puede autodefinirse.

A través de esta paradoja es que muchas veces pretendemos fragmentar y establecer tiempos para aferrarnos a la idea de que estamos delante de cosas que pasaron, y frente a lo que vendrá. Pero es justamente en ese lugar en el que estamos parados, en ese pequeño pasaje o lugar de tránsito entre lo que viene y lo que fue. A este lugar, que tantas veces se nos escapa de las manos, lo denominamos “presente”.

Y es aquí donde muchas veces nos angustiamos por cosas que ya han sucedido, o porque han sido de tal o cual forma; o porque queremos que otras situaciones ocurran de determinada manera. A través del tiempo es que tenemos la posibilidad de llegar tarde o temprano, o nunca; de dejar algo para mañana, saber que nos falta tiempo o que nos sobra.

Pero debemos comprender que todo aquello que hicimos en el pasado, ayer fue “hoy”. Y todo lo que hagamos en el futuro será “hoy” mañana. De manera que aquel “fue” y “será” son dos caras de una misma constante: el “hoy”.

Podríamos considerar nuestro pasar como una gran película en donde los fotogramas pasan de un carrete a otro, pero sólo uno es proyectado fugazmente en cada instante, y es aquel a quien vemos ante nuestros ojos, no al resto. En este sentido debo decir que lo veremos siempre y cuando prestemos atención, y no estemos considerando en totalidad lo que acabamos de ver o lo que está por venir.

Ese momento tan preciado, y a veces tan poco valorado es el presente mismo. Y entender que en ausencia del concepto de tiempo todo quedaría reducido a él, es entender que estamos y somos en un aquí y ahora constante, que todo fue y será presente.

lunes, 6 de octubre de 2014

No piensa quien no se detiene

No piensa quien no se detiene.
No mira, ve.
No escucha, oye.
No está, pasa.
No siente.

sábado, 30 de agosto de 2014

La verdad

La verdad es como una lanza de doble cara. Primero puede abrir una herida pero al hacerlo, como sucede con toda herida, comienza su sanación. La mentira, en cambio, no hiere de momento, ya que supone una entereza inconsistente, por lo que su daño se produce al ser develada.

viernes, 29 de agosto de 2014

El alma

Se dice de algo que no tiene principio ni fin. Aquello es, únicamente, el alma.

jueves, 28 de agosto de 2014

Nuevamente Agosto

Ocho años han dado y muchos trenes pasaron.
Un mismo vagón me lleva por esta vía.
Pensamientos que vienen a mi mente...
Las nubes están bajas, el viento ha vuelto.
Nuevamente Agosto.

miércoles, 28 de mayo de 2014

Jauja, la Patagonia en Buenos Aires

Después de mucho andar, vuelvo a este conocido café de la calle Cerviño, en el barrio de Palermo, donde también sirven chocolate caliente y helados. Una tarde de otoño, ya pasadas las cinco. Me siento a escribir y leer historias, que serán en algún futuro leídas por otros, o por nosotros mismos. En un continuo devenir del tiempo, aquí y allá, una vez más. A modo de consejo, opinión o sugerencia, me gustaría decirle al lector, que viva, respire, mueva su cuerpo y su mente, y encuentre un motivo para sonreír, todos los días de su vida. Dense los gustos, el minutero no para.

jueves, 2 de mayo de 2013

Goût, café del buen gusto

Entiendo que sobre el gusto no haya nada escrito, pero tampoco creo ser el primero. Sin ir más lejos, delante de mí, están graficadas las paredes de este bar con la definición de la palabra que da nombre al mismo: Goût: [gu] Gusto, sentido del paladar. Catar, probar. Apreciar, aprobar. Merienda. Gusto, placer, sabor, deseo. Elegancia, gracia. // Goût Café: Café del buen gusto.

En verdad le hacen honor a su nombre. El café aquí lo sirven muy bien, con buen gusto, bien presentado y acompañado de panificados de primera calidad.

Temprano no había nadie, estaba solo. Después se fue llenando el lugar y ahora está completa la fila de sillones de la entrada. La gente ya está almorzando. Otros todavía toman café. Y de pronto pasa un licuado color verde, o tal vez sea un jugo, o un batido.

Llegué de casualidad, iba a otro lado, pero en lugar de tomar una línea de colectivos, tomé otra que me dejó justo en esta esquina de Juncal y Uriburu, y acá estoy, donde el destino me trajo.

Cumpliendo con esta misión de una vez por semana, al menos, salir con la oficina móvil a la calle. Realmente hace bien el cambio de espacio físico, y trabajar rodeado de gente, aunque sean desconocidos y no haya intercambio de palabra, siempre son un decorado vivo que da buena sensación. Otras veces en cambio, se prefiere el silencio y la quietud.

domingo, 28 de abril de 2013

Después de Morelia

Es de noche. Todos duermen. La casa está en silencio. Ha llovido todo el día después de mucho tiempo. En cualquier momento abriré el colchón que está en el suelo y descansaré hasta mañana. La última luz encendida se apagará también. Pronto será domingo, y el futuro una vez más será presente.

jueves, 25 de abril de 2013

Crónica de una tarde de café

Quisiera expresar algo que, por no contar con una imagen, debiera ser relatado -según dice el refrán-, con más de mil palabras para lograr un valor similar. No sé si será eso posible, ya que el tiempo fluirá a medida que escribo, y algunas cosas irán sufriendo modificaciones. Intentaré ser lo más fiel posible a cada realidad a la hora en que le llegue su turno.

Veo próximamente a mí, la pantalla de mi notebook y mis manos escribiendo un texto. Ya estoy acostumbrado, pero si entro en razón nunca dejo de ver el marco de mis anteojos, ya que sin ellos sería imposible ver. Treinta y cinco pesos, le dice una camarera a la señora que está sentada a mi derecha, al lado de la ventana. Ella está sola. Tomó un té con un tostado de jamón y queso. En un momento me habló y me dijo que ya volvía. Al volver me preguntó si no me cansaba (de fijar la vista, habrá querido decir). No respondí, ya que hablar me hubiera hecho desconcentrar.

Inmediatamente en la mesa de adelante a la señora, y también al lado de la ventana, está un hombre jóven, de unos 30 años, con un libro en la mesa, cerrado, un cuaderno, y un jarrito de café, ya vacío. Algo está leyendo, pero no se ve bien, está de espaladas. Viste una remera negra y jeans color gris. Antes estuvo sentado en una mesa del centro, pero luego se pasó aquí, quizás por gusto de estar sentado cerca de la ventana. Se lo ve compenetrado en su lectura.

A su izquierda, dos señoras hablan. Una habla más, la otra escucha, y lleva una cartera en su falda. En una silla dejaron otra mochila. En este momento se está yendo la señora de al lado, me saluda, me dice Adiós. Y a su mesa se traslada una pareja de abuelos que también prefiere estar cerca del vidrio seguramente. Es un lugar de muchos traslados pareciera, cosa que pensaba hacer en caso de no conseguir de entrada esta mesa que tiene cerca una conexión de 220. Los nuevos vecinos estan tomando café con leche con alfajor de chocolate.

A mi izquierda, una chica muy joven, de unos 25 años está leyendo, algo de estudio parece ser, porque tiene un resaltador color magenta en su mano derecha, y parte del texto ya está resaltado. Está en la mejor mesa del lugar, una ratona, con varios silloncitos. Pero la está ocupando ella sola desde hace horas, incluso antes de haber llegado a este bar. Ha tomado en su momento un café latte con algún muffin de chocolate, típico de estos tiempos.

Frente a ella hay dos mesas redondas chiquitas, ambas ocupadas por una mujer en cada una. La camarera está con una de ellas, explicándole algo de la carta. La otra, lee unas carpetas que trajo, y está cruzada de piernas. Por entre ambas se puede ver el fondo. Allí hay, en otra mesa individual, un señor joven, de unos 40, que ya hace tiempo ha terminado su pedido y está a punto de pedir la cuenta. Está buscando su billetera. Al lado, dos señoras charlan y se puede ver sobre la mesa una tetera. 

Pasando al sector del fondo del bar, y el que más me cuesta ver desde este punto de vista, hay un trío de mujeres en una mesita pegada a la pared, parecen estar hablando cosas de su vida. A la derecha, una mujer sola, de pelo corto, parece recién salida de la peluquería, está escribiendo algo en su celular. Más al fondo, una chica sola, de unos 30 años, con ropa de trabajo, escribe muy compenetrada en su notebook. El fondo es indivisible, veo que hay más gente, varios hombres de distintas edades en diferentes mesas, pero está muy lejos como para llegar a ver detalles. Esa pared es la última del bar, y está cubierta casi enteramente por un mural de varios dibujos.

Alguien llega, es un hombre que vino a hablar con la mujer sola que escribía en su celular. La otra mujer sola que hablaba con la camarera sobre algún producto de la carta se pasó a otra mesa más al fondo con otra mujer que llegó verla. Y otro chica acaba de entrar y se sentó con la mujer que estaba cruzada de piernas leyendo sus carpetas. Finalmente, la camarera va y viene con pedidos, bandejas de café. El cafetero se mueve detrás de la barra y así también lo hace el encargado del local, detrás del puesto de alfajores.

Me doy cuenta que estamos en constante cambio, difícilmente pueda seguir con este relato mucho más tiempo sin que nada se haya modificado. Y eso que hablamos de no más de veinte personas, pero todo es cambio, somos cambio. Por cierto, detrás de mis manos, estoy yo, Martín.