Brote en Parque M. Lillio, Necochea |
Aquí relegamos un poco nuestra actitud de lectores y receptores de información, para comenzar a ocupar el rol de crearla y de inyectarla en un mundo virtual que gradualmente iba a ser buscado y encontrado por otros, quienes además podrían intervenirlo y crear así un sistema comunicacional completo.
Pasó el tiempo, y fueron surgiendo muchas y distintas formas de web participativa, las llamadas redes sociales, sitios de alojamiento para gran cantidad de archivos, fotos, música y videos (la nube), diversos sistemas de chat, calendarios, agendas, blocs de notas, entre otros... de manera de poder tenerlo todo, pero todo en la web.
No es la idea extenderme en un relato tecnológico, sino entender que provenimos siempre de una base, de un punto cero donde tuvimos la primer iniciativa y la primer herramienta. Y que existe ese gusto inigualable de volver a esa esencia, allí desde donde alguna vez partimos.
Hoy vuelvo aquí, a El devenir del tiempo, a ese lugar que me vio surgir a una nueva comunidad de escritores y lectores, aunque hoy se haya quedado en el tiempo. Vuelvo a crear una entrada, a pensar lo que escribo palabra tras palabra, a borrar y volver a tipear, a insertar una imagen, a poner en negrita un texto para fortalecerlo, a darle un título, a buscar un cierre, y finalmente, a poner un punto; no final, un punto y hasta siempre.
Desde Tostado Café Club.