No quiero volver y que todo vuelva a ser como entonces. Quiero que algo haya cambiado. Que los vínculos sean más sanos. Que las personas no generen tanta demanda. Que cada ser pueda ser más libre e independiente. Que cada uno construya y viva su vida lo mejor que pueda y no dañe a los demás. Que no estemos atados a las fechas y a los compromisos. Que demos más y pidamos menos, y que cuando demos sea a cambio de nada. Que amemos incondicionalmente. Que no hablemos de terrores y de pánicos para no seguir sembrándolos. Que hagamos lo que nos gusta sin darle explicaciones a nadie. Que estemos menos “complicados” y seamos más precisos con lo que nos pasa. Que no pongamos tantas excusas y seamos más genuinos. Que veamos la vida desde el lado bueno y no nos inventemos problemas. Que podamos sortear obstáculos en lugar de acumularlos. Que nos encontremos casualmente y no programadamente. Que nos veamos para reirnos y no para arreglar el mundo. Que existan más momentos que la noche del sábado. Que tomemos más “una calle” y menos “algo”. Que cuando tengamos sueño nos acostemos a dormir. Que cuando tengamos ganas de irnos nos vayamos. Que nos interroguen menos por nuestras elecciones. Que nos pregunten si somos felices y no cuánto hemos pagado por tal o cuál cosa. Que nos amemos y respetemos más. ¡Gracias!
Cada momento que llega, cada segundo que se va. Todos ellos, a cuentagotas, forman nuestro paso por la vida. Nuestro presente, aquí y ahora, nuestro tiempo y su devenir.
domingo, 11 de diciembre de 2016
sábado, 10 de diciembre de 2016
Sur, chocolate y aire puro
El sur y su despliegue de climas hacen que cada día sea particular. Tardes grises, mañanas de sol, noches frías para cenar en la cabaña… cubren los gustos de una gran variedad de gente que viene a visitarlo.
Sus paisajes, lagos azules, el aire puro y fresco. Sus sabores a chocolate artesanal, un mate, un café recién hecho acompañan el gusto de sus huéspedes.
La Patagonia ofrece todo eso y más secretos en uno de sus sitios más mágicos llamado Villa Pehuenia, al sur de la provincia de Neuquén. Un lugar en el mundo que invita a conocer, a vacacionar y, por qué no, a transitar la vida que tenemos por delante.
Sus paisajes, lagos azules, el aire puro y fresco. Sus sabores a chocolate artesanal, un mate, un café recién hecho acompañan el gusto de sus huéspedes.
La Patagonia ofrece todo eso y más secretos en uno de sus sitios más mágicos llamado Villa Pehuenia, al sur de la provincia de Neuquén. Un lugar en el mundo que invita a conocer, a vacacionar y, por qué no, a transitar la vida que tenemos por delante.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)